En la era digital, donde la tecnología avanza rápidamente y cambia la forma en que vivimos y trabajamos, es crucial ser cada vez más adaptables, flexibles y resilientes. La resiliencia y la eficacia no solo se refieren a recuperarse de los contratiempos, sino también a la capacidad de anticipar y adaptarse proactivamente a las nuevas circunstancias. En este entorno cambiante, la flexibilidad y la agilidad son más que habilidades deseables; son requisitos indispensables para tener éxito.
Las estrategias de las empresas y de sus integrantes deben ser tan adaptables como el entorno en el que operan, lo que nos permite no solo sobrevivir, sino también prosperar en un mundo en constante cambio. Por lo tanto, lo que funcionaba en el pasado quizás ya no sea efectivo, y reconocer esto es el primer paso para evolucionar nuestras prácticas y mentalidad hacia el futuro.
El general McChrystal, en su libro “Team of Teams”, nos comparte los siguientes puntos para mantener una organización acorde a los requisitos actuales.
Flexibilidad horizontal en lugar de una jerarquía vertical: La tendencia actual en las organizaciones es adoptar un enfoque de flexibilidad horizontal en lugar de mantener una estricta jerarquía vertical. Esto significa que las estructuras jerárquicas tradicionales están siendo reemplazadas por equipos donde todos los miembros participan de manera activa y colaborativa. En este modelo, no se considera a los trabajadores simplemente como subordinados, sino como co-creadores con un nivel de participación similar. Aunque sigue existiendo un líder en el equipo, su rol se redefine como una figura de confianza y apoyo, en lugar de ser percibido como un jefe autoritario.
Cuando la confianza entre los miembros del equipo es sólida, se establece un ambiente organizacional propicio para que la colaboración fluya de forma natural. Esta confianza, además, facilita la aceptación de que los objetivos comunes pueden evolucionar y que los enfoques intermedios pueden necesitar ajustes. La autonomía de los integrantes del equipo fomenta un desempeño superior al permitir que cada uno actúe con libertad dentro de sus respectivas responsabilidades. La interdependencia y la confianza mutua son elementos esenciales para una colaboración efectiva.
Hoy día la flexibilidad horizontal en una organización es fundamental para su funcionamiento eficiente. Cada individuo desempeña un papel específico, aportando sus habilidades y conocimientos únicos. Al mismo tiempo, los equipos dentro de la organización colaboran para alcanzar objetivos comunes, lo que refleja la importancia de la sinergia grupal. Esta interacción entre el trabajo individual y colectivo crea un sistema dinámico donde la suma de todas las partes contribuye al éxito de la entidad en su conjunto. Así, la organización prospera gracias a la integración armónica de sus componentes, asegurando que cada nivel, desde el individual hasta el grupal, funcione con cohesión y propósito.
Conciencia Compartida para la Transmisión de Información: En el entorno actual, la capacidad de comprender la situación general y cómo nuestros esfuerzos se entrelazan y complementan con otros equipos es una habilidad altamente valorada. Nos encontramos en un contexto donde la individualidad ha dejado paso a una red interconectada de acciones y decisiones que impactan en todas las áreas circundantes.
La adopción de una mentalidad global y el fomento de la colaboración en lugar de imponer control son fundamentales. Un enfoque holístico implica que todos los colaboradores tengan acceso a la información relevante para influir en la ejecución de sus responsabilidades, así como la libertad para determinar cómo utilizar dicha información de manera efectiva.
Según McChrystal, simplemente cambiar el entorno laboral puede llevar a mejoras superficiales. Para alcanzar un cambio significativo, es crucial examinar y transformar la cultura organizacional, priorizando la transparencia. Esto implica garantizar que todos los equipos tengan acceso al mismo nivel de conocimiento sobre la situación actual de la empresa.
Proceso de toma de decisiones descentralizado: A pesar de contar con una comunicación rápida y directa entre los miembros del equipo, la estructura jerárquica burocrática en la toma de decisiones puede dificultar el proceso. Este tipo de estructura puede ralentizar el proceso de toma de decisiones, especialmente cuando se requiere la aprobación de los altos mandos para proceder. En un entorno dinámico y rápido, es crucial que los miembros del equipo tengan la capacidad de tomar decisiones informadas y ágiles sin depender constantemente de la aprobación de la jerarquía superior.
La tendencia a la microgestión puede manifestarse en organizaciones donde la cultura laboral fomenta la distribución del poder, ya que cada colaborador requiere espacio para la innovación y la creatividad. El enfoque principal radica en cultivar individuos y equipos auto-gestionados.
Aunque es comprensible que los líderes puedan enfrentar desafíos al renunciar a cierto grado de autoridad y herramientas que les permiten influir sobre los demás, la descentralización en la toma de decisiones promueve la colaboración y agiliza los procesos y proyectos.
Los líderes actuales delegan responsabilidades y confían en sus colaboradores, al mismo tiempo que establecen condiciones de trabajo favorables para todos. Al demostrar este enfoque, fomentan equipos altamente efectivos, ya que sus colaboradores los admiran, respetan y desean emular su estilo de liderazgo. De esta manera, se crea un modelo de sucesión laboral sostenible y exitoso.
En conclusión: Preparar una empresa para que sea resistente en el tiempo requiere un cambio de enfoque significativo. Es esencial fomentar la participación y el intercambio de conocimientos en los equipos para lograr objetivos colectivos. La administración holística se distingue por compartir una visión unificada y colaborar de forma cohesiva, superando desafíos y creando soluciones innovadoras para todos los grupos de interes. Al centrarse en el desarrollo de estrategias a largo plazo y en la construcción de relaciones sólidas tanto interna como externamente, una empresa puede no solo sobrevivir sino prosperar en un mercado en constante evolución.